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Nuestro Padre Jesús Resucitado

Nuestro Padre Jesús Resucitado

Imagen que la Cofradía encargó al imaginero Ricardo Flecha y que fue bendecida el 19 de marzo de 1994 por el Arzobispo de Valladolid, Don José Delicado, sustituyendo a la que hasta entonces se había procesionado y dado culto. Está realizada en caoba de Brasil y es de tamaño natural.

Los cofrades acompañan esta imagen en la Procesión del Encuentro de Jesús Resucitado con la Virgen de la Alegría, en la mañana del Domingo de Resurrección.

Representa a Cristo cuando sale del sepulcro, todavía envuelto en el sudario, tras haber vencido a la muerte.

Las Lágrimas de San Pedro

Las Lágrimas de San Pedro

Esta bella talla es de Pedro de Ávila y está realizada hacia 1720. Es propiedad de la Parroquia de El Salvador y participa en los desfiles procesionales vallisoletanos alumbrada por la Cofradía desde 1964, año en el que se incluye en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, el Viernes Santo.

Representa el llanto y arrepentimiento del apóstol cuando oye cantar al gallo y se da cuenta de que ha negado al Maestro en tres ocasiones.

María Santísima de la Alegría

María Santísima de la Alegría

Imagen encargada a Ricardo Flecha Barrio con motivo del 50 aniversario de la refundación de la Cofradía. Fue bendecida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Valladolid, el domingo 29 de marzo de 2009.

Tallada en cedro, representa a María recibiendo jubilosa y con los brazos abiertos a su Hijo resucitado.

La Cofradía acompaña esta imagen en la Procesión de María Santísima de la Alegría, en la mañana del Domingo de Pentecostés.

Cruz Guía

Cruz Guía

Esta Cruz fue realizada y donada a la Cofradía por Don Ricardo Flecha Barrio, en el año 2006. Fue bendecida el Lunes Santo de ese mismo año utilizándose desde entonces en el Via Crucis que celebra la Cofradía el primer día de Pasión. Encabeza la planta procesional de la Cofradía, tras la Cruz alzada y los ciriales.

Siendo una cofradía que fomenta el culto y la devoción a Cristo Resucitado no se podía tener una cruz guía con un Cristo crucificado. Debía tener una importante carga simbólica de triunfo y esperanza. Por ello representa el momento en el que, tras morir, Jesús se eleva entregando su alma al Padre.

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